Berenguer (Berengar, latín Berengarius) provenía de la noble familia Peralta. Nació alrededor de 1200, pero su lugar de nacimiento es incierto. Se informa que pudo haber nacido en Monzón o Lérida (Lleida) en Cataluña. Ya a los 15 años se hizo canónigo en Lérida, donde se situaba la capital de la diócesis Lérida (Lleida). Esto se vinculaba con tener una enorme riqueza, pero también prestigio. En 1249, renunció a los honores eclesiásticos y se unió a la orden dominicana. Allí fue ordenado diácono. Tras la muerte del Ordinario de la Diócesis (del Obispo Diocesano) de Lérida, obispo Guillermo Barberan, el clero lo eligió como su sucesor, pero él se negó. Se necesitaba una señal del cielo: durante la asamblea de todo el clero, el ángel que descendía del cielo colgó sobre su cabeza la mitra hermosísima. Después de esta señal, ya no pudo rechazar el cargo.
Otra versión de dicha leyenda cuenta que la elección de un nuevo candidato a obispo hizo que el cabildo fuera tan dividido, lo que arrastró las elecciones indefinidamente, y además, fue fuente de divisiones entre el propio clero, que durante una de las asambleas el ángel mismo seleccionó un candidato para el sucesor del difunto Guillermo. Así, el ángel invitó a los votantes a votar por el hermano Berenguer de Peralta.
Teniendo en cuenta que, en medio de la dignidad, los negocios con el mundo y los roces con la nobleza, su salvación podía estar en juego, el obispo electo pidió a Dios que lo llevara consigo antes de su consagración. Según algunas fuentes, asumiría el cargo en mayo de 1256, pero algunos investigadores dicen que debido a su muerte prematura, no fue ordenado. Murió en olor de santidad el 2 de octubre de 1256 en Lérida.
Su culto comenzó inmediatamente después de su muerte. Se desarrolló especialmente en la catedral de Lérida. En el transepto de la catedral se encontraba su tumba, a la que peregrinaban los fieles. Vale la pena señalar que en la historia de esta diócesis, Berenguer fue el único obispo que disfrutó del culto del bienaventurado. Su culto estuvo presente principalmente en la catedral y en la diócesis de Lérida. Según el acta notarial, ya en 1299 se le llamaba santo (“Sant Berenguer”), aunque la mayoría de los documentos lo mencionan como beato. Esto también se evidencia en los libros litúrgicos conservados. En 1370, hubo ceremonias especiales sobre su tumba. Todos los días se celebraban allí santas misas, durante las cuales el diácono incensaba no sólo el altar, sino también la tumba. Asimismo, en algunas procesiones en el interior de la catedral, la tumba del obispo era una de las paradas obligadas. La puerta norte del transepto de la catedral de la Seu Vella de Lérida, situada más cerca de su tumba, también lleva el nombre del santo obispo.
Se ha conservado un registro del siglo XVI de que el obispo Juan de Peralta, descendiente indirecto del beato, queriendo honrar sus reliquias, exigió que se abriera la tumba, y del sepulcro comenzó a brotar sangre, dejando huellas de un milagro.
Tras la conquista de la ciudad en 1707 por el rey de España, Felipe V, en la Guerra de Sucesión Española, la catedral se transformó en almacén y la tumba desapareció. Así su culto se extinguió.
También vale la pena señalar que su culto probablemente nunca haya sido aprobado oficialmente por la Iglesia Católica, lo que puede evidenciarse en el hecho de que en el catálogo oficial de santos y beatos de la Orden de Predicadores no se menciona al beato Berenguer de Peralta. Al mismo tiempo, sin embargo, debe mencionarse que en los léxicos hagiográficos dominicanos más antiguos se le menciona el 2 de octubre, es decir, en el aniversario del nacimiento para el cielo. Como ejemplo, se pueden destacar Dni Roczne Świętych, Błogosławionych, Wielebnych y Pobożnych Sług Boskich Zakonu Kaznodzieyskiego, S. Oyca Dominika [trad. las Jornadas Anuales de los Santos, Beatos, Reverendos y Siervos Piadosos de la Orden del Predicador del Santo Hermano Domingo], publicadas en 1743 en Cracovia del dominico polaco Michał Siejkowski (1695-1752) o Année dominicaine ου vies des saints, des bien heureux , des martyrs et des autres personnes illustres ou recommandables par leur piété. De l'un et de l'autre sexe de l’Ordre des Frères-Prêcheurs distribuées suivant les jours de l'année del 1708 (en el volumen 10). En el siglo XVII, cuando el patio del Convento de Santo Domingo en Lima fue decorado con imágenes de cerámica, su culto era todavía muy fuerte.
En la iconografía al beato Berenguer se representa principalmente con un ángel. En algunas representaciones se muestra que un dominico recibe una mitra de la mano de un ángel. Pero como su atributo, se da simplemente un hábito monástico, mientras que el palio y el báculo (aquí también en forma de cruz) dan testimonio del estatus episcopal. En el hábito de la Orden de Predicadores iba a ser presentado, por ejemplo, en la catedral de Lérida. Aunque en este lugar también cabe destacar que algunos estudiosos cuestionan su filiación con la Orden de Predicadores. La inscripción conservada de la tumba también guarda silencio sobre el pasado dominicano del beato obispo, llamándolo solo “canónigo” y “obispo electo”.
Acta sanctorum. Ex Latinis et Græcis aliarumque gentium Monumentis, [vol. 49]: Octobris, vol. 1, ed. curante J. Carnandet, Parisiis-Romae 1866, p. 537–539.
Baranda P. S. de., España Sagrada, vol. 47, Madrid 1850, p. 30.Feuillet J.-B., Année dominicaine ου vies des saints, des bienheureux, des martyrs et des autres personnes illustres ou recommandables par leur piété. De l'un et de l'autre sexe de l’Ordre des Frères-Prêcheurs distribuées suivant les jours de l'année, vol. 10: Octobre, Lyon 1902, p. 57–59.
Hagiografia e História, vol. 2: Banco de Dados dos Santos Ibéricos (séculos XI ao XIII), ed. A. C. Lopes Frazão da Silva, Rio de Janerio 2012, p. 37.