Tomás de Vio

Tomás de Vio (Tomás Cayetano), cardenal

(1469-1534)

Giacomo de Vio nació el 20 de febrero de 1469 en Gaeta, Italia. Procedía de una familia noble. Ya en su más tierna infancia era piadoso y aficionado a aprender. Ingresó en la Orden de Predicadores en su ciudad natal en 1484 y tomó el nombre monástico de Tomás (Tommaso). Estudió filosofía y teología en Nápoles, Bolonia y Padua. El 19 de marzo de 1492 recibió el título de lector de santa teología. Era maestro de los frailes estudiantes. Fue profesor de teología en las universidades de Padua y Roma. Empezó a atraer estudiantes con sus conferencias y escritos. Un debate público con Pico della Mirandola (1463–1494) en el Capítulo General de la Orden celebrado en Ferrara en 1494, le dio una considerable fama académica que también le valió el título de Maestro de santa teología. Durante los años siguientes, enseñó la Summa de Santo Tomás de Aquino en Brescia y Pavía. En 1501 fue nombrado procurador general de la Orden, además de ocupar la cátedra de Filosofía y Exégesis en la Universidad de La Sapienza.

En 1507, tras la muerte del Maestro General de los dominicos, se convirtió en Vicario General de la Orden, y al año siguiente fue elegido como el siguiente General de la Orden de Predicadores. Ocupó este cargo durante los siguientes diez años. Durante ese tiempo también fue consejero de los papas. En 1511, en el Concilio de Pisa, se implicó en la defensa de los derechos papales, pronunciándose en contra de Jacques Almain (1480–1515), de la Universidad de París. A raíz de su intervención, las obras de este profesor de teología parisino fueron quemadas por orden del rey Luis XII de Francia. En 1517 el Papa León X le nombró cardenal, y en 1518 se convirtió en arzobispo de Palermo; un año más tarde fue nombrado arzobispo de Gaeta.

En 1518 el cardenal Tomás de Vio fue enviado a Alemania como legado papal para participar en la elección de Carlos V de Habsburgo como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Durante su estancia en Alemania, intentó frenar la naciente Reforma protestante y persuadió sin éxito a Martín Lutero para que se retractara de algunas de sus tesis y permaneciera fiel a las enseñanzas de la Iglesia católica. En 1519 regresó a Roma y, por voluntad del Papa, dirigió el interrogatorio de Martín Lutero.

El Papa, apreciando la sabiduría del cardenal, le encomendó el caso del rey inglés Enrique VIII, que deseaba obtener de la Santa Sede la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón. El 23 de marzo de 1534, en un solemne consistorio de Clemente VII, Tomás de Vio anunció su veredicto definitivo sobre la validez de ese matrimonio, denegando el divorcio al soberano inglés. Este fue el último acto público en vida de este dignatario eclesiástico, ya que falleció ese mismo año (10 de agosto) y fue enterrado, como había solicitado, en una modesta tumba en el vestíbulo de la iglesia de Santa Maria sopra Minerva. En la opinión general de sus contemporáneos, si hubiera vivido, habría sucedido a Clemente VII en el trono papal. 

Tomás de Vio, conocido como el Cardenal Cayetano, ha sido descrito como pequeño de cuerpo pero gigantesco de intelecto. En todos sus variados y ajetreados oficios, nunca descuidó sus estudios y escritos diarios, ni faltó a las prácticas de la vida monástica. Se enfrentó con serenidad y valentía a los difíciles problemas de su tiempo y trató, mediante el estudio, el tacto y la caridad, de calmar las mentes hostiles, alejar a los descarriados, frenar la marea de la herejía y prevenir el cisma. El Papa Clemente VII le llamó “la lámpara de la Iglesia” (Lucerna Ecclesiae).

En teología, Cayetano se cuenta con razón entre los principales defensores y promotores de la escuela tomista. Su mayor obra son sus comentarios a la Suma teológica de Santo Tomás de Aquino, escritos en los años 1507–1522. En ellos, el dominico y luego cardenal defendió la doctrina de Santo Tomás frente a los ataques del beato Juan Duns Escoto (1266–1308). En la tercera parte, analiza las aberraciones de los reformadores, especialmente de Lutero. 

De gran interés es el retrato de Cayetano, el único conocido, descubierto recientemente por el dominico Père Berthier en una colección de notables de la Reforma, perteneciente al conde Krasiński de Varsovia.

En el medallón de Lima, el cardenal Tomás Cayetano está representado con atuendo cardenalicio y un libro en la mano, en señal del gran número de obras que dejó atrás. Como en las imágenes de otros cardenales, aquí también hay ángeles a sus lados, que sostienen los atributos pertenecientes a personas con dignidad cardenalicia: un sombrero y una cruz.

Bibliografia:

  • Limbourg M., Kardinal Kajetan, „Zeitschrift für katholische Theologie”, 4 (1880), no. 2, p. 239–279.
  • Cossio A., Il Cardinale Gaetano e la Riforma, Cividale 1902.
  • Allaria G., Tommaso De Vio: cardinale Gaetano, Gaeta, La Poligrafica, 1969.
  • Cajetan Responds A Reader in Reformation Controversy, ed. J. Wicksm Washington 1978.
  • Wicks J., Cajetan und die Anfänge der Reformation, Münster 1983 (Katholisches Leben und Kirchenreform im Zeitalter der Glaubensspaltung, 43).
  • Özen A., Luther und Cajetan in Augsburg 1518, Göttingen 1992.
  • Izbicki Th. M., Cajetan’s Attack on Parallel’s Between Church and State, „Cristianesimo nella storia”, 29 (1999), p. 81–89.
  • Horst U., Juan de Torquemada und Thomas de Vio Cajetan. Zwei Protagonisten der päpstlichen Gewaltenfülle, Berlin 2012.
  • Cajetan und Luther. Rekonstruktion einer Begegnung, hrsg. M. Siebeck, M. Basse, M. Nieden, Tübingen 2021 (Studies in the Late Middle Ages, Humanism and the Reformation, 124).